GARCÍA ENTRA A SU ÚLTIMO AÑO
El régimen reprueba en lucha contra la corrupción
Educación e infraestructura son sus principales méritos. También se reconoce el buen manejo de la economía
Los votos prestados y el temor al salto al vacío lo llevaron por segunda vez a la Presidencia de la República. Volvió al poder marcado por el estigma de la hiperinflación, el terrorismo y la corrupción que rotularon el período 1985-1990. Dieciséis años después (2006), el Perú le dio a Alan García una oportunidad de pagar su deuda con la historia.
El próximo 28 de julio el presidente dirigirá el último mensaje a la nación de su segundo período. Es probable que en este discurso haga un recuento de los cuatro años de una gestión que marcó distancias con su pasado.
La opinión pública no siempre es un juez imparcial, pero es el mejor indicador para medir el éxito o el fracaso de una gestión. Y el mejor espejo para observar hacia dónde se orienta la percepción del ciudadano son las encuestas.
Alan García se acerca al inicio de su quinto año de gestión presidencial con una aprobación de 27%, según la encuesta de El Comercio de junio, elaborada por Ipsos Apoyo. La cifra supera largamente el 11% que obtenía por la misma época su antecesor, Alejandro Toledo.
Los motivos de quienes desaprueban la gestión de García han variado en estos cuatro años. En el 2007 lo rechazaban por incumplir sus promesas y un año después por el incremento de los precios. A partir del año pasado, la corrupción gubernamental, un viejo fantasma de la gestión anterior, empezó a aparecer en las encuestas y hoy es el principal motivo de quienes desaprueban al mandatario.
Por el lado de quienes lo aprueban, hay tres puntos que han estado presentes, con algunas variaciones, en este período: las mejoras educativas, las obras de infraestructura y el buen manejo de la economía
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