viernes, 13 de agosto de 2010

Ejemplo

 


Magnifico ejemplo, el mundo ya no encuentra esos ejemplares, se extinguieron....

 

 

 
 Harry & Bess

Harry Truman fue una clase diferente como Presidente.  Probablemente hizo tantas ó mayores decisiones en relación con nuestra historia como Nación como las que hicieron los otros 42 Presidentes que lo precedieron.  Sin embargo, una medida de su grandeza puede que permanezca para siempre y esa fue lo que hizo después que dejó la Casa Blanca.
 
El único Activo que tenía cuando falleció era la casa en cual vivía, que se hallaba en  Independence   Missouri. Su esposa la había heredado de sus padres y aparte de los años que pasaron en la Casa Blanca fue donde vivieron durante toda la

Vida...

 

Cuando se retiró de la vida Oficial en 1952,  todo su ingreso fue de una pensión que se reportó que venía del Ejército de U.S. de  $13,507.72 al año.  El Congreso, enterándose que pagaba sus sellos de correo y pegándolos personalmente con su saliva,  le otorgó un  'allowance' y, más tarde, una pensión retroactiva de  $25,000 por año.

 

Luego de la inauguración del  Presidente Eisenhower,  Harry and Bess regresaron manejando su carro a su hogar en  Missouri. Sin ninguna compañía del Servicio Secreto.

 

Cuando le ofrecían posiciones Corporativas con grandes salarios,  los rechazaba, diciendo, Ustedes no me quieren,  lo que quieren es a la figura del Presidente y esa no me pertenece.  Le pertenece al Pueblo Norteamericano y no está a la venta...".

 

Aún después, cuando en Mayo 6, 1971, el Congreso estaba preparándose

Para otorgarle la Medalla de Honor en su 87 cumpleaños, se rehusó aceptarla, escribiéndoles que "No considero que haya hecho algo que me la merezca, ya sea que venga del Congreso o de ninguna parte"."

 

Como Presidente se pagó todos los gastos de viaje y la comida con su propio dinero.

 

Políticos Modernos han encontrado un nuevo nivel de éxito usando la Presidencia,  resultando que obtengan una enorme riqueza.  Hoy día,  muchos políticos en el Congreso también han encontrado los medios de convertirse en millonarios,  mientras disfrutan sus puestos, los cuales están ahora a la venta.  (sic.  Illinois)

 

El bueno de  Harry Truman estaba en lo correcto cuando observaba,  "Mis metas en la vida siempre fueron ser un pianista de una casa de putas o ser político.  Y para decir la verdad,  no existe gran diferencia entre las dos!

Harry Truman, una historia irrepetible,Magnifico ejemplo, el mundo ya no encuentra esos ejemplares, se extinguieron....



---------- De: Jorge Chirinos jchirinosmd@yahoo.es


Subject: Harry Truman, una historia irrepetible,Magnifico ejemplo, el mundo ya no encuentra esos ejemplares, se extinguieron....



 

Magnifico ejemplo, el mundo ya no encuentra esos ejemplares, se extinguieron....



 
 
Harry & Bess

Harry Truman fue una clase diferente como Presidente.  Probablemente hizo tantas ó mayores decisiones en relación con nuestra historia como Nación como las que hicieron los otros 42 Presidentes que lo precedieron.  Sin embargo, una medida de su grandeza puede que permanezca para siempre y esa fue lo que hizo después que dejó la Casa Blanca.
 
El único Activo que tenía cuando falleció era la casa en cual vivía, que se hallaba en  Independence   Missouri. Su esposa la había heredado de sus padres y aparte de los años que pasaron en la Casa Blanca fue donde vivieron durante toda la

Vida...



Cuando se retiró de la vida Oficial en 1952,  todo su ingreso fue de una pensión que se reportó que venía del Ejército de U.S. de  $13,507.72 al año.  El Congreso, enterándose que pagaba sus sellos de correo y pegándolos personalmente con su saliva,  le otorgó un  'allowance' y, más tarde, una pensión retroactiva de  $25,000 por año.



Luego de la inauguración del  Presidente Eisenhower,  Harry and Bess regresaron manejando su carro a su hogar en  Missouri. Sin ninguna compañía del Servicio Secreto.



Cuando le ofrecían posiciones Corporativas con grandes salarios,  los rechazaba, diciendo, Ustedes no me quieren,  lo que quieren es a la figura del Presidente y esa no me pertenece.  Le pertenece al Pueblo Norteamericano y no está a la venta...".



Aún después, cuando en Mayo 6, 1971, el Congreso estaba preparándose

Para otorgarle la Medalla de Honor en su 87 cumpleaños, se rehusó aceptarla, escribiéndoles que "No considero que haya hecho algo que me la merezca, ya sea que venga del Congreso o de ninguna parte"."



Como Presidente se pagó todos los gastos de viaje y la comida con su propio dinero.



Políticos Modernos han encontrado un nuevo nivel de éxito usando la Presidencia,  resultando que obtengan una enorme riqueza.  Hoy día,  muchos políticos en el Congreso también han encontrado los medios de convertirse en millonarios,  mientras disfrutan sus puestos, los cuales están ahora a la venta.  (sic.  Illinois)



El bueno de  Harry Truman estaba en lo correcto cuando observaba,  "Mis metas en la vida siempre fueron ser un pianista de una casa de putas o ser político.  Y para decir la verdad,  no existe gran diferencia entre las dos!








  

 

  


 
 

 

 
      




 




 




  

jueves, 12 de agosto de 2010

El Poder de las ideas

Raymond Aron y el poder de las ideas

 

Roger Kimball

Es como escogemos entre el bien o el mal lo que determina nuestro carácter y no nuestra  opinión sobre el bien y el mal.

Aristóteles

El despotismo se ha establecido a nombre de la libertad con tanta frecuencia que la experiencia nos dice que debemos juzgar a las personas por lo que hacen  y no por lo que dicen.

Raymond Aron

La libertad de crítica en la URSS es total

Jean-Paul Sartre, 1954

El alarmante pensamiento de Santayana de que "los que no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo" tiene, por lo menos, tanta relevancia en el mundo de las ideas como en el mundo de la acción. Esta es una razón por la que releer es importante como leer. El tiempo tiene una forma de mellar el filo de la verdad, de silenciar su llamado a nuestra atención. La admonición que escuchamos ayer, la olvidamos hoy: ninguna emergencia ha intervenido para mantener frescas sus lecciones. La naturaleza humana es una constante. Las tentaciones y errores que encuentra no cambian. Pero debido a que las circunstancias siempre están cambiando, las verdades necesitan ser reafirmadas constantemente si van a mantener su fuerza. Re-leer es una de nuestras más ricas fuentes de reafirmación. Al volvernos a poner en contacto con lo una vez supimos, con lo que todavía recordamos a medias, re-leer pueden restaurar convicciones olvidadas y revitalizar conocimientos que han perdido vigencia. Re-leer nos recuerda que nada es más vital que redescubrir viejas verdades: al igual que con los amigos: el previo conocimiento profundiza la intimidad.

Los obstáculos para releer son muchos. La vagancia juega una parte, por supuesto, como simplemente estar demasiado ocupado, ese curioso prejuicio moderno que confunde el movimiento con el progreso. También está el prosaico asunto de la disponibilidad: cuántos trabajos importantes no quedan fuera de combate simplemente porque no están en existencia. Hay bibliotecas, sí, pero los libros que sólo están disponibles en bibliotecas generalmente juegan un papel menor en la conversación cultural contemporánea. Lo que nos lleva a la obra maestra de Aron: El Opio de los Intelectuales.

 Me imagino que casi todo el que lea estas palabras sabe algo de ese libro o, al menos, reconoce el título. Muchos lo habrán leído. Publicado por  primera vez en Francia en 1955, en el apogeo de la Guerra Fría, El Opio de los Intelectuales fue una inmediata sensación. También produjo algo semejante a una sensación en Estados Unidos, cuando se publicó una traducción al inglés en 1957. Escribiendo en The New York Times, el historiador Crane Brinton habló por muchos cuando dijo que el libro era "Una especie de comentario permanente sobre el mundo occidental de hoy''. El tema de Aron es el embrujamiento – el desorden moral e intelectual que provoca  adherirse a ciertas ideologías. ¿Por qué es, se preguntaba, que ciertos intelectuales son "implacables con los defectos de la democracia pero están dispuestos a tolerar los peores crímenes siempre que sea cometidos a nombre de las doctrinas correctas?" El título de Aron es una inversión de la frase de Marx de que la religión es "el opio de los pueblos." El cita a Simon Weil: "El marxismo es indudablemente una religión, en el más bajo sentido de la palabra… Se ha usado continuamente… como un opio para el pueblo." En realidad, y afortunadamente, Weil solo tenía razón a medias. El marxismo y sus variantes realmente nunca se convirtieron en el narcótico del pueblo. Pero ciertamente que fue – y en lo fundamental sigue siendo – la droga preferida de los intelectuales, el grupo que Aron analizó.

El Opio de los Intelectuales ha sido uno de los libros seminales del siglo XX, una contribución indispensable a la más paciente y menospreciada de las literaturas: la de la crítica intelectual. Inexplicablemente, el libro estuvo fuera de prensa durante muchos años. Fue, por consiguiente, una excelente noticia que Transaction Publishers hiciera una nueva edición de Opio en el 2001, especialmente puesto que la nueva edición tiene el adicional atractivo de una introducción por el filósofo político Havey C. Mansfield y, como apéndice, ""Fanatismo, Prudencia y Fe," la larga respuesta a sus críticos que Aron publicó en 1956. Como observa el profesor Mansfield, El Opio de los Intelectuales fue un un "documento orientador" de la Guerra Fría: un conflicto que se dirimió más con las palabras que con las armas aunque eso no significa que sea un libro fundamentalmente "sobre el pasado."  Las deformaciones que Aron analizó todavía están con nosotros, aunque los personajes que las representan hayan cambiado. Esto es una forma de decir que El Opio de los Intelectuales es un libro que nos ayuda tanto en su lectura como en su re-lectura.

Aron, que murió en 1983 frisando los 80 años, es un semi olvidado coloso de la vida intelectual del siglo XX. Parte filósofo, parte sociólogo, parte periodista, fue, sobre todo, un vocero de la más rara forma de idealismo: el idealismo del sentido común. Fue, como escribió Allan Bloom poco después de su muerte, "el hombre que durante cincuenta años… ha tenido razón en las alternativas políticas que teníamos por delante… Tuvo razón en lo que dijo sobre Hitler, tuvo razón en lo que dijo sobre Stalin y tuvo razón cuando dijo que nuestros regímenes occidentales, con todos sus defectos, eran la única esperanza de la humanidad." Fue, concluye Bloom, "el tipo de hombre necesario a la democracia pero casi imposible dentro de ella, alguien que simultáneamente educa al público y es verdaderamente sabio y culto." En el curso de su carrera, Aron ocupó varios cargos académicos importantes - en la Sorbona, en la Ecole Pratique des Hautes Etudes, en el College de France – pero nunca fue solo un académico. Escribió unos 40 libros, sobre historia, sobre la guerra, sobre las perspectivas culturales y políticas de Francia – y fue un infatigable comentarista político, unas tres décadas para Le Figaro y luego, al final de su vida, para L'Express. (También escribió para La France Libre durante la Guerra.)

Aunque cubierto de honores al final de su vida, Aron nunca disfrutó de la enorme celebridad de Maurice Merleau-Ponty y, especialmente de Sartre, sus compañeros de la Ecole Normale Supérieure. En parte, fue debido a su estilo intelectual, que carecía de pomposidad. Carecía también de apetito de celebridad, que es otra forma de decir que no colocaba la "brillantez" por sobre la verdad. Ciertamente no carecía de habilidad. En muchos sentidos, Aron fue el más completo de sus pares, tanto en amplitud como en solidez de conocimiento. Fue primer lugar en graduación de aquel famoso curso, y es un detalle interesante que Sartre le presentara humildemente una copia de El Ser y la Nada como "una introducción ontológica" a un libro anterior de Aron sobre la filosofía de la historia.

Desde los años 50 hasta principios de los 70, Aron fue regularmente calumniado por la izquierda radical, por sus antiguos amigos Sartre y Merleau-Ponty para empezar, pero también por muchos de sus epígonos y herederos intelectuales. En 1963, por ejemplo, Susan Sontag calificó a Aron como "un hombre enloquecido por la filosofía alemana y tardíamente convertido al empirismo anglosajón y al sentido común bajo el nombre de virtud "mediterránea". En realidad, sería difícil encontrar alguien tan conocedor y menos "enloquecido" por la filosofía alemana que Raymond Aron. Fue una inteligencia sobria y penetrante, suficientemente curioso como para acometer a Hegel y suficientemente robusto como para escapar indemne del encuentro.

El hecho de que Aron fuera odiado por la Izquierda no significa que fuera un partidario de la Derecha. Por el contrario, siempre, en alguna medida, se consideró como un hombre de la Izquierda, pero (en sus últimos años, al menos) era la Izquierda pre-marxista del alto liberalismo. (Bloom  subtituló acertadamente su ensayo sobre Aron: "El Ultimo de los Liberales.") La crítica de Aron de la Izquierda no era un repudio sino una extensión de su liberalismo. Como observara el sociólogo Edward Shils en unas afectuosas memorias sobre su amigo, Aron pasó de ser un abierto socialista en su juventud a convertirse en "el más persistente, el más severo y el más culto crítico del marxismo y del orden social socialista – o más precisamente comunista – del siglo XX.  (Shils, como Aron, fue uno del pequeño número de sociólogos que honró el nombre de su profesión.)

De nuevo, este desplazamiento no fue un repudio de ideales juveniles sino un maduro reconocimiento de que los ideales que merecen abrazarse son los que pueden realizarse sin destruir lo que se profesa defender.

En este sentido, Shils habló de "su crítica devoción a los ideales de la Ilustración." Los ideales eran su fe en el poder de la razón; su crítica residía en reconocer que el poder de la razón siempre es limitado. Si Aron fue un  hijo de la Ilustración – de su secularismo, de su humanismo, de su contraposición de la razón a la superstición – también siguió siendo un fiel nieto de la sociedad tradicional que muchos pensadores de la Ilustración despreciaban.

El pensamiento de la Ilustración tiende a ser superficial porque despliega toda su artillería crítica contra cualquier fe menos contra su propia ciega fe en el poder de la razón. Aron evitó esa debilidad de la Ilustración al someter sus ideales al mismo escrutinio que reservaba para sus adversarios. "Al defender La libertad de enseñanza religiosa, '' escribió, "el no creyente defiende su propia libertad." La generosidad de espíritu de Aron fue una función de su reconocimiento de que la realidad era compleja, el conocimiento limitado y la acción esencial. Aron, escribe Shils, "supo desde muy temprano la estéril vanidad de las denuncias morales y de juzgar cualquier situación según el estándar de la perfección." Y, como el mismo Aron escribió en Opio, "todo régimen conocido es torpe y culpable si uno lo compara con un ideal abstracto de igualdad o libertad."

El leitmotiv de la carrera de Aron fue la responsabilidad, No la quejumbrosa responsabilidad "ontológica" o metafísica a la que Sartre siempre se estaba refiriendo: la angustiada responsabilidad del para-si-mismo aplastado bajo el peso de una libertad absoluta. Aron se refería al ejercicio de esa virtud prosaica pero indispensable que es la prudencia. Aron comprendía que la sabiduría política descansaba en la capacidad de escoger el mejor curso de acción aún cuando el óptimo no estuviera disponible, como sucede siempre. "Nadie dice nunca la última palabra", insistía, "y no podemos juzgar a nuestros adversarios como si nuestra propia causa estuviera identificada con la verdad absoluta."

Merece la pena observar que "prosaico" y sus cognados eran los elogios favoritos de Aron mientras que acostumbraba usar "poesía" y sus cognados

peyorativamente. En sus Memorias (1983), Aron escribió que en El Opio de los Intelectuales había tratado de "bajar la poesía de la ideología al nivel de la prosa de la realidad." Lo que Aron llamaba el "Mito de la Revolución" (como el "Mito de la Izquierda" y el "Mito del Proletariado") resultaba tan seductor precisamente por su atractivo "poético: inducía la ilusión de que "todo es posible," de que todo – milenarias instituciones, la estructura de la sociedad, hasta la naturaleza humana misma – puede ser completamente transformado en el fiero crisol de la actividad revolucionaria. Combinar la doctrina de la inevitabilidad histórica – la monstruosa idea que Marx recogió de Hegel – con el Mito de la Revolución era una receta para la tiranía totalitaria. ¿Qué importa la liquidación de los kulaks frente al necesario despliegue de la Dialéctica? Como su contrapartida química, el primer efecto del opio de los intelectuales es una sensación de fantástica euforia. El embotamiento sólo se hace evidente después.

A diferencia del revolucionario, el reformista reconoce que el verdadero progreso es contingente, parcial e imperfecto. Es contingente porque depende de la iniciativa individual y puede echarse a perder; es parcial porque los ideales nunca se pueden conseguir todos al mismo tiempo sino sólo un vacilante paso tras otro; e imperfecto porque el recalcitrante carácter de la realidad – incluyendo la turbulenta realidad de la naturaleza humana – garantiza los errores, las frustraciones, las imperfecciones y la simple perversidad.

El ideal del reformista, observaba Aron, "es prosaico" mientras que el revolucionario es "poético." De la misma forma, uno es real  y el otro fantástico. En sus Memorias, Aron reconoció que "en realidad pienso que, al final, la organización de la vida social en este mundo tiende ser, bastante prosaica." Imperio del derecho, vitalidad económica, respeto por la tradición, libertad de palabra: la sociedad occidental ha creado su asombroso éxito con estos prosaicos elementos. (Uno recuerda la observación de Walter Bagehot de que "la esencia de la civilización... es  la grisura, el aburrimiento… una elaborada invención... para abolir las fieras pasiones". El tema de la política, observó Aristóteles, "Es la buena vida para el hombre." ¿Y qué constituye la buena vida? Astutamente, Aron nos recuerda que frecuentemente las más extravagantes respuestas a esta pregunta son las más malévolas. Lo prometen todo pero sólo suelen producir miseria y empobrecimiento. De aquí su rechazo del comunismo:

El comunismo es una versión degradada del mensaje occidental. Retiene su ambición de conquistar la naturaleza y mejorar el destino de los humildes pero sacrifica lo que fue y tiene que seguir siendo el corazón mismo de la aventura humana: la libertad de investigación, la libertad de controversia, la libertad de crítica, y el voto.

Estas libertades pueden parecer pedestres en comparación con la perspectiva de una sociedad sin clases en la que reine la libertad, y la desigualdad haya sido derrotada de una vez por todas. Pero semejante idea, observaba Aron, "no es más que un lindo dibujo en el cuaderno de colorear de un niño."

Decir que Aron sospechaba de lo poético no significa negar que su propia sobria visión de la realización humana no tuviera su propia poesía. Uno pudiera decir que Aron fue un poeta de la prosa. Otra forma de decirlo es que fue un campeón de lo real frente al embrujo de lo ideal. La perspectiva del ideal –es decir, de una total, completa - emancipación hipnotiza a los espíritus susceptibles porque "contiene en si misma la poesía de lo desconocido, de lo futuro, de lo absoluto." El problema es que la poesía de lo absoluto es una poesía inhumana. Como observó secamente Aron, en la vida real, la emancipación se vuelve "indistinguible de la omnipotencia del estado."

El problema no es "opción radical sino compromiso ambiguo."  Aron continuamente regresaba al hombre como es, no como pudiera imaginarse. Sí, algunos individuos son honorables y honestos. Pero, escribe Aron, "a riesgo de ser acusado de cinismo, rehusó creer que se pueda basar algún orden social en la virtud y el desinterés de los ciudadanos." Siguiendo a Adam Smith y otros liberales clásicos, buscaba en las imperfecciones del hombre los instrumentos para mitigar esas imperfecciones. A diferencia de los marxistas, los liberales clásicos consideran al hombre "como básicamente imperfecto y se resigna a un sistema donde el bien sea el resultado de innumerables acciones y nunca el objeto de una opción consciente. En última instancia, se suscribe al pesimismo que ve la política como el arte de crear las condiciones en las que los vicios del hombre contribuyen al bien del estado." Aron reconocía que ese prosaico modelo carecía de la grandeza de la utopía.

Indudablemente el libre juego de la iniciativa, la competencia entre compradores y vendedores, sería impensable si la naturaleza humana no hubiera sufrido por la Caída. El individuo daría lo mejor de sí en interés de los demás sin esperar recompense o  preocuparse por sus propios intereses.

  Pero ese "si" representa una promesa irredimible. La doble tarea de Aron fue recordarnos, primero, que no hay naturaleza humana perfecta y, segundo, sugerir, como lo hace el cristianismo ortodoxo, que lo que los profetas de lo absoluto lamentan como un desastre fue, en realidad, "una caída afortunada," una condición de nuestra humanidad. El utopista es optimista sobre el hombre, pesimista sobre los hombres y mujeres particulares. "Creo que conozco al Hombre'', escribía Rosseau tristemente, "pero en cuanto a los hombres, no los conozco."  El anti utópico es pesimista con el Hombre pero ese pesimismo lo hace optimista en relación con los hombres y mujeres concretos.

En su introducción a El Opio de los Intelectuales, Aron observaba que había dirigido sus argumentos "no tanto contra los comunistas, como contra los comunizantes," contra los compañeros de viaje para los que Occidente siempre están equivocados, contra los que creen que la gente puede dividirse en dos campos: uno que es la encarnación del Bien y otro que encarna el Mal, uno que pertenece al pasado y otro que pertenece al futuro, uno que representa la razón y otra que representa la superstición"

El marxismo es un elemento esencial del opio de los intelectuales porque su doctrina de la inevitabilidad histórica lo aísla de poder ser rectificado por algo tan trivial como la realidad de los hechos. Cuando Merlau-Ponty nos asegura que en el mundo moderno el proletariado es la única forma de "auténtica inter-subjetividad" o cuando escribe que el marxismo "no es una filosofía de la historia, es la filosofía de la historia, y rehusar aceptarlo es cancelar nuestra razón histórica," no hay argumento que pueda sacudirlo de su locura. Lo que necesita no es refutación sino desintoxicación.

Lo mismo sucede con Sartre, que fue campeón de regímenes totalitarios desde la URSS hasta Cuba pero que proclamaba un odio implacable a Estados Unidos y otras democracias liberales (Estados Unidos es un perro rabioso," dijo una vez; es "la cuna de un Nuevo Fascismo") El "radicalismo ético" de Sartre, escribió Aron, "combinado con su ignorancia de las estructuras sociales, lo predispone a la revolución verbal. El odio a la burguesía lo hace alérgico a las reformas prosaicas."

Al aislar a sus víctimas, el opio de los intelectuales los aísla al mismo tiempo de las contradicciones. Esto ha permitido algunos singulares híbridos intelectuales. Por ejemplo, las filosofías de Nietzsche y Marx son diametralmente opuestas; una celebra el genio solitario, la otra el colectivo, una busca una nueva aristocracia de Ubermenschen, la otra instituir una sociedad sin clases. Para cualquier persona no intoxicada, esas diferencias son esenciales; significan que las filosofías de Marx y Nietzsche son incompatibles. Pero para los intelectuales embriagados esas distinciones no cuentan. Como observa Aron, los descendientes de Marx y Nietzsche (y de Hegel y Freud) se encuentran por múltiples caminos. 

El existencialismo de Sartre, el nihilismo de Derrida o Foucault, tienen toda una similar incontinencia intelectual. Lo que los une no es una doctrina coherente sino un espíritu de oposición al orden establecido, "la enfermedad ocupacional", observa Aron, "de los intelectuales."

La enfermedad ocupacional está lejos de haber sido conquistada. Por el contrario, los comunizantes y compañeros de viaje que Aron criticaba siguen floreciendo. Consideren, para poner un solo ejemplo, la extática recepción que recibió un libro neo-marxista, "Empire," en el 2001. Empire es un libro de 500 páginas escrito conjuntamente por Michael Hardt, un profesor americano de literatura en la Universidad de Duke, y Antonio Negro, un filósofo italiano y antiguo miembro de las Brigadas Rojas, la siniestra organización terrorista. Según un destacado académico, Empire es "ni más ni menos que un reelaboración de El Manifiesto Comunista para nuestro tiempo." (Incidentalmente, esto está dicho como un elogio.) Según un escritor de The New York Times, el libro pudiera representar "La Próxima Gran Idea," el sucesor del estructuralismo o la desconstrucción en los salones de la academia literaria. Al modernizar el marxismo con ecologismo radical, los autores  de Empire saludan el crecimiento de una nueva militancia que "expresa la vida de la multitud" y resiste las depredaciones del "Empire," es decir, del capitalismo y de Estados Unidos. "Hoy,", no aseguran, "la militancia es una actividad positiva, constructiva e innovadora."  Y como ejemplo citan a los violentos protestantes que se tiran a las calles de Génova y Seattle para protestar contra la "globalización." ("Estos movimiento, "dicen llenos de entusiasmo," son lo que vinculan a Génova… más claramente con la apertura – mediante nuevos tipos de intercambio y nuevas ideas – de su pasado renacentista.") Como todos los marxistas, Hardt y Negri creen que la revolución que anuncian no es solo inevitable sino benéfica:

Esta es una revolución que ningún poder podrá controlar porque el biopoder y el comunismo, la cooperación y la revolución se mantienen unidos en amor, simplicidad y también inocencia. Esta es la irreprimible ligereza y alegría de ser comunista.

George Orwell observó que hay algunas ideas eran tan absurdas que solo un intelectual podía creer en ellas. "Empire" es un buen ejemplo: 500 páginas de charlatanería intelectual y veneno político.

El Opio de los Intelectuales proporciona una especie de vista aérea de la asombrosa credulidad que Orwell ridiculizaba, analizando sus aparentemente eternos atractivos, describiendo sus costos, hacienda el mapa de sus principales senderos y señalando algunas de sus vías de escape. Algunos lectores, como observaba Aron es "Fanatismo, Prudencia y Fe, '' criticaron el libro por ser "negativo, abundante en refutaciones pero sin suministrar nada constructivo." Una acusación especialmente frecuente era que el libro celebrara el "escepticismo." La última media oración del libro _ "recemos por el advenimiento de los escépticos – era habitualmente señalada como evidencia.

En realidad, como decía Aron, sus críticos lo habían malinterpretado. En primer lugar, al sacar su última frase de su contexto, invertían el significado de su conclusión. "El hombre que ha dejado de esperar cambios milagrosos tanto de la revolución como de un plan económico'', escribió Aron,

...No está obligado a resignarse a lo injustificable. Es porque le gustan los seres humanos individuales, porque participa en comunidades reales y respeta la verdad por lo que rehúsa entregar su alma a un ideal de humanidad abstracto, un partido tiránico y un absurdo escolasticismo… Si la tolerancia nace de la duda, enseñémosle a todo el mundo a dudar de todos los modelos y todas las utopías, a desafiar a todos los profetas de la redención y a todos los heraldos de la catástrofe.

...Si pueden abolir el fanatismo, recemos por el advenimiento de los escépticos."

El principal objetivo de las polémicas de Aron era el fanatismo. Pero también reconocía que la derrota del fanatismo frecuentemente llevaba a su opuesta enfermedad espiritual: la indiferencia. Ambos son expresiones del enemigo último: el nihilismo. El escepticismo, escribió Aron, es útil o dañino en dependencia de lo que más haya que temer en ese momento: el fanatismo o la apatía. La facultad que nos orienta de manera apropiada es la prudencia, "el dios (Aron cita a Burke) "de este mundo inferior."  En otras palabras, el escepticismo para Aron no es un fin sino un medio. "El escepticismo," escribió

Es, para la recuperación del adicto, una fase indispensable pero no una cura. El adicto solo está curado el día en que pueda ser capaz de una fe sin ilusiones. 

También merece la pena observar que el escepticismo que Aron defiende no es una actitud enteramente negativa. Como señalara T.S.Eliot en Notes Towards the Definition of Cultures (1948), el escepticismo no es necesariamente destructivo. Por el contrario, el escepticismo es, ante que nada,

El hábito de examinar las pruebas y la capacidad para demorar la decisión. El escepticismo es un rasgo altamente civilizado aunque, cuando se convierte  en…, puede ser la causa de la muerte de una civilización. Donde el escepticismo es fuerza, el p… es debilidad; porque tenemos que ser fuertes para diferir una decisión pero también ha que serlo para tomar una.

Aron hubiera estado de acuerdo con Eliot. Y hubiera podido señalar que los críticos que se quejaban de que no era suficientemente "constructivo" pasaban por alto los esfuerzos claramente positivos que tiene simplemente decir la verdad. Hegel fue sobre todo un pensador constructivo; también estaba profundamente confundido. Las demanda por un "programa constructivo", "resultados positivos,"etc., frecuentemente no son más que demandas por ilusiones y embrujos.

Al mismo tiempo, merece la pena subrayar que el centro de las críticas de Aron no estaba en "constructivo" sino en "programa."  Desconfiaba del impulso utópico no porque quisiera paralizar las reformas sino porque sabía que las promesas extravagantes generalmente decepcionan. Aron prefería las modestas satisfacciones de la realidad. Es por que celebraba las "modestas" ideas que subyacían en la sociedad americana:

La sociedad americana es un éxito empírico, no encarna una idea histórica. Las simples y modestas ideas que sigue cultivando han pasado de moda en el Viejo Mundo. Estados Unidos permanece optimista como lo era Europa en el siglo XVIII; cree en la posibilidad de mejorar la suerte del hombre; desconfía del poder que corrompe; sigue siendo básicamente hostil a la autoridad, a las pretensiones de los pocos de conocer todas las respuestas mejor que el hombre común. Allí no hay espacio para la Revolución o el Proletariado, sólo para la expansión económica, los sindicatos y la Constitución.

El ataque de Aron contra la intoxicación intelectual no puede identificarse con complacencia. Tampoco es sinónimo de una denuncia de los intelectuales. Aron no  era anti-intelectual ni menospreciaba las ideas. No podía ser simplemente porque él mismo era un intelectual. Comprendía claramente el inmenso poder, para bien y para mal, que pueden tener las ideas. "Los intelectuales sufren de su incapacidad para alterar el curso de los eventos, '' observaba. "Pero subestiman su influencia. A largo plazo, los políticos son los discípulos de los académicos y los escritores."

En un ensayo titulado "Utopismo, Antiguo y Moderno" (1973) Irving Kristol subrayaba este punto:

Durante dos siglos, la gente importante que administraba los asuntos de esta sociedad no podía creer en la importancia de las ideas, hasta que un día se quedó choqueada al descubrir que sus hijos, capturados y formados por ciertas ideas, se rebelaban contra su autoridad o se separaban de su compañía. La verdad es que las ideas son absolutamente importantes. Las macizas y aparentemente sólidas instituciones de cualquier sociedad – las instituciones económicas, las instituciones políticas, las instituciones religiosas – siempre están a la merced de las ideas en las cabezas de la gente que puebla esas instituciones. El poder de las ideas están tan inmenso que un pequeño cambio en el clima intelectual puede retorcerá una institución familiar– quizás lenta pero inexorablemente – hasta convertirla en algo irreconocible.

Formaba parte de los objetivos de Aron en El Opio de los Intelectuales alertarnos sobre la vedad que Kristol expresa con tanta elocuencia. Es triste reflexionar que, casi 40 años después, mucha gente importante de nuestra sociedad sigue descartando las ideas como juegos intelectuales carentes de  mayor importancia.

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Tomado del primer capítulo del libro "Lives of the Mind, the use and abuse of intelligence from Hegel to Wodehouse," de Roger Kimball.

Traducido por AR

Fwd: [promocion75sf] Saludos


 

A proposito, se lucha contra esto...
http://www.time.com/time/covers/0,16641,20100809,00.html
Es la foto de una adolescente de 18 anos que fue mutilada por su esposo de 55 anos, al intentar huir de el, cansada de las golpizas que el le propinaba. Vale aclarar que su esposo la compro por 80 dolares para casarse con ella. La ley del Islam permite estas atrocidades...
Hilbert Zeballos

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lunes, 9 de agosto de 2010

Politicos se resisten a reforma del Estado.

Politicos se resisten a reforma del estado. Los pretextos son que eso le conviene a alguien etc etc etc. Otorongo no come otorongo. De los dos extremos.

Bancadas de UN y los humalistas rechazaron discutir el voto voluntario y renovación por mitades en esta legislatura

Javier Bedoya (Unidad Nacional) y Freddy Otárola (Partido Nacionalista) indicaron que no hay consenso para su aprobación y sería una pérdida de tiempo

Lunes 09 de agosto de 2010 - 12:23 am
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Para Javier Bedoya de Vivanco debe priorizarse el debate para la instauración del voto electrónico propuesto por la Onpe (Archivo El Comercio)

(elcomercio.pe / Andina).- . Las reformas constitucionales en torno al voto facultativo y la renovación parlamentaria por mitades no deberían ser debatidas en este último periodo legislativo, coincidieron en señalar los congresistas de Unidad Nacional (UN), Javier Bedoya de Vivanco, y Freddy Otárola (PNP).

"En ambas iniciativas no hay consenso. Me parecería realmente inconducente y una pérdida de tiempo que sigan con lo mismo", comentó Bedoya de Vivanco.

Incluso, recordó que en dos legislaturas consecutivas los grupos parlamentarios le dieron la espalda a la bancada aprista en estos temas.

De la misma opinión es Otárola, quien incluso consideró que a su criterio el voto facultativo en una sociedad como la nuestra "es elitista".

Para Bedoya, existen otras iniciativas que deben ser prioridad de la agenda legislativa 2010-2011 en las que si hay consenso entre todas las bancadas, como la eliminación del voto preferencial.

VOTO ELECTRÓNICO Y MIEMBROS DEL BCR
"También está el procedimiento para elegir a los miembros del directorio del Banco Central de Reserva (BCR) que ya se ha aprobado unánimemente en una primera votación", afirmó.

Otárola y Bedoya también coincidieron en resaltar que otro tema que debería ser discutido por el actual Congreso es la instauración del voto electrónico, solicitado por la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE).

"El tiempo no alcanza para las municipales pero hay la voluntad política de todas las bancadas para sacar esto adelante", afirmó.

    http://www.ted.com/talks/lang/spa/bjorn_lomborg_sets_global_priorities.html

    http://www.ted.com/talks/lang/spa/bjorn_lomborg_sets_global_priorities.html

    Izquierda unida

    PATRIA ROJA Y SUTEP LA SECUNDAN EN SU AVENTURA ELECTORAL

    Los "ultras" de Susana Villarán

    09 de Agosto del 2010

     


    Dato
    El viernes, Susana Villarán defendió la presencia de militantes de Patria Roja. "Es un partido democrático" que en su momento "puso el pecho frente a la violencia (subversiva)", señaló.

          

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    LIMA | Rojos reciclados, viejos dirigentes sindicales y revolucionarios de café. Tales son algunos de los perfiles de los postulantes a regidores que acompañan a Susana Villarán, la candidata a la alcaldía de Lima por Fuerza Social (FS).

    Para la postulación a la alcaldía de Lima, FS cuenta con el apoyo de agrupaciones como Tierra y Libertad (que lidera el cura antiminero Marco Arana), Lima Para Todos y el Movimiento Nueva Izquierda (MNI), la plataforma política que construyó Patria Roja a mediados de los noventa con afanes electorales, y que usualmente aparece ligada a violentos paros en el interior del país.

    Entre los 39 personajes, los casos más llamativos son el de la sanmarquina Victoria de Sotomayor Cotrado (integrante de la Juventud Comunista del Perú, Jotacé) y el de Alexander Amaya Sancho, ex militante del MNI que fuera denunciado por la Fiscalía en el 2009 por protagonizar disturbios durante un paro de transportistas.

    RANCIA IZQUIERDA. De las viejas canteras de la izquierda procede, por ejemplo, Sigifredo Velásquez Ramos, quien hoy es coordinador de FS, pero que militó a mediados de los ochenta en el radical Partido Unificado Mariateguista (PUM).

    Del sector sindical puede contarse a los dirigentes de la Central Unitaria de Trabajadores del Perú (CUT) Luis Valer Coronado -ex miembro del Partido Socialista (Castrista) de Javier Diez Canseco- y a Víctor Ramírez Cifuentes; y del SUTEP, aquel gremio docente que se ha opuesto a todas las reformas en la educación del país, a Inés Rodríguez Velásquez y Olga Morán Araujo. Los tres últimos son también militantes del MNI.

    Otra integrante de la llamada izquierda "caviar" que apoya a Villarán es Marisa Glave Remy, quien fue elegida regidora de Lima en el 2006, pero en sólo siete años a cambiado de partido seis veces, pasando por Diálogo Regional, Partido Democracia Social, Partido Socialista (Castrista) de Javier Diez Canseco, Partido Nacionalista, Tierra y Libertad, y Fuerza Social.






    domingo, 8 de agosto de 2010

    Juez Edilberto Zevallos

    Juez que liberó a Luis Valdez en 2005 ahora es su personero político en Ucayali

    Cesado alcalde de Coronel Portillo primero lo tuvo como asesor legal de su gestión municipal, durante 2005. Luego, magistrado falló a su favor en proceso por la muerte de Alberto Rivera

    Domingo 08 de agosto de 2010 - 01:28 pm
    Imagen

    que tales jueces!!!!, Jueces corruptos o sycos?

    quien nos indenmizara de este terrible dano moral y social?, el doctor Villa Stein?
    Juez que liberó a Luis Valdez en 2005 ahora es su personero político en Ucayali

    Cesado alcalde de Coronel Portillo primero lo tuvo como asesor legal de su gestión municipal, durante 2005. Luego, magistrado falló a su favor en proceso por la muerte de Alberto Rivera

    Domingo 08 de agosto de 2010 - 01:28 pm

    El cesado alcalde provincial de Coronel Portillo, Luis Valdez Villacorta, tiene como personero de su movimiento político –con el que postula a la reelección- a un juez que en 2005 le dio la libertad en el juicio por el asesinato del periodista Alberto Rivera.

    Así la reveló una investigación del diario La República. El entonces juez suplente del Primer Juzgado Penal de Coronel Portillo David, Edilberto Zevallos Ampudia, dictaminó el 30 de diciembre del 2005 la libertad de Valdez en el proceso penal por el asesinato de Rivera. Hoy, el jurista es presidente del Comité Electoral y personero del Movimiento Cívico Regional "Todo por Ucayali", con el que Valdez tienta la reelección.

    El fallo de Zevallos –tal como consignó en abril del 2006 la Sala Penal Permanente de Ucayali, cuando revocó esa decisión- se basó en un artículo del Nuevo Código Procesal Penal que aún no se encontraba vigente. Ello motivó la investigación de la Oficina de Control de la Magistratura (OCMA).

    La pesquisa reveló también -según La República- que Zevallos, antes de asumir como juez, fue asesor legal de la Municipalidad Provincial de Coronel Portillo, del 1º de mayo al 31 de agosto del 2005, durante la gestión de Valdez. A raíz de ello, en noviembre del 2008, el Consejo Nacional de la Magistratura destituyó a Zevallos del cargo.

    Aunque durante la investigación de la OCMA Zevallos aseguró a las autoridades que "no era amigo de Valdez" hoy es su personero ante el Jurado Electoral Especial en Coronel Portillo.

    LA POSTULACIÓN DE VALDEZ
    Mañana por la tarde, el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) determinará si valida o no la candidatura de Luis Valdez, pues Ucayali no es más su residencia fija, a la luz de la prisión que cumplía en Lima hasta esta semana.

    Durante la madrugada del martes, Valdez goza del arresto domiciliario que la Justicia dispuso a su favor, en el proceso de lavado de activos presuntamente procedentes del narcotráfico.

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    Luis Valdez Villacorta

    27/07/10 10:25 |

    Jurado Electoral Especial admitió candidatura edil de Luis Valdez Villacorta, preso en Castro Castro

    28/07/10 00:24 |

    Juez otorgó arresto domiciliario a ex alcalde Luis Valdez y hoy dejaría penal Castro Castro

    27/07/10 10:25 |

    Jurado Electoral Especial admitió candidatura edil de Luis Valdez Villacorta, preso en Castro Castro

     


    Qur Dios nos ayude, fujishock

    Que Dios nos ayude

    Promedio (3 votes)

    Por Augusto Álvarez Rodrich
    alvarezrodrich@larepublica.com.pe

    Dos décadas después del 'fujishock'.

    Una noche de un día como hoy, hace veinte años, el premier y ministro de Economía, Juan Carlos Hurtado Miller, anunció, en cadena nacional, el 'fujishock' –que Alberto Fujimori había negado mentirosamente– diseñado para detener la hiperinflación, y que dio inicio a una de las transformaciones más exitosas de la economía peruana que, sin embargo, por no emprender varias reformas indispensables,  ha impedido alcanzar todos sus beneficios.

    En julio de 1990, el Perú había colapsado por la irresponsabilidad histórica con que Alan García condujo al país hacia la segunda hiperinflación más larga de la historia mundial. Entonces, en un solo día los precios subían más de lo que hoy crecen en todo un año, y los ministros de Economía apristas hacían el ridículo al jurar que el monstruo no pasaría de 40% al mes.

    Una hiperinflación es mucho más que un hecho económico; también es político, social y moral. Queriendo extremar la intervención del Estado, García lo liquidó y dejó el país en ruinas, pero también creó las condiciones para la aceptación social del cambio de rumbo. Asimismo, él había tomado el curso de economía más caro de la humanidad, algo que hoy se agradece.

    En ese contexto, Hurtado anunció el 'fujishock' en un discurso en el que terminó solicitando "que Dios nos ayude". Fue una experiencia traumática pues la necesidad de eliminar subsidios por US$ 1,300 millones llevó a la elevación explosiva de los precios en un solo día. La gasolina, por ejemplo, en treinta veces.

    Esa noche salí a comprar cigarros por Miraflores pero fue imposible pues los vendedores habían perdido la sensación de precios relativos y no sabían cuánto costaba realmente cada bien. La gente quedó desconcertada y asustada, unos mudos, otros hasta llorando por temor. El impacto fue tremendo.

    Al día siguiente, Hurtado fue a una misa oficiada en el Callao por

    Que Dios nos ayude

    Promedio (3 votes)

    Por Augusto Álvarez Rodrich
    alvarezrodrich@larepublica.com.pe

    Dos décadas después del 'fujishock'.

    Una noche de un día como hoy, hace veinte años, el premier y ministro de Economía, Juan Carlos Hurtado Miller, anunció, en cadena nacional, el 'fujishock' –que Alberto Fujimori había negado mentirosamente– diseñado para detener la hiperinflación, y que dio inicio a una de las transformaciones más exitosas de la economía peruana que, sin embargo, por no emprender varias reformas indispensables,  ha impedido alcanzar todos sus beneficios.

    En julio de 1990, el Perú había colapsado por la irresponsabilidad histórica con que Alan García condujo al país hacia la segunda hiperinflación más larga de la historia mundial. Entonces, en un solo día los precios subían más de lo que hoy crecen en todo un año, y los ministros de Economía apristas hacían el ridículo al jurar que el monstruo no pasaría de 40% al mes.

    Una hiperinflación es mucho más que un hecho económico; también es político, social y moral. Queriendo extremar la intervención del Estado, García lo liquidó y dejó el país en ruinas, pero también creó las condiciones para la aceptación social del cambio de rumbo. Asimismo, él había tomado el curso de economía más caro de la humanidad, algo que hoy se agradece.

    En ese contexto, Hurtado anunció el 'fujishock' en un discurso en el que terminó solicitando "que Dios nos ayude". Fue una experiencia traumática pues la necesidad de eliminar subsidios por US$ 1,300 millones llevó a la elevación explosiva de los precios en un solo día. La gasolina, por ejemplo, en treinta veces.

    Esa noche salí a comprar cigarros por Miraflores pero fue imposible pues los vendedores habían perdido la sensación de precios relativos y no sabían cuánto costaba realmente cada bien. La gente quedó desconcertada y asustada, unos mudos, otros hasta llorando por temor. El impacto fue tremendo.

    Al día siguiente, Hurtado fue a una misa oficiada en el Callao por el recordado monseñor Ricardo Durand, y salió del templo del brazo del sacerdote por temor a alguna reacción adversa, pero recibió un aplauso honesto (los psicosociales de Montesinos recién se estaban organizando). Conscientes de que el esquema previó había colapsado, el país apostó por el cambio.

    El camino que siguió fue desordenado pero, al final, se domó la inflación y se abrió paso para un conjunto de reformas económicas profundas, incluyendo apertura, desregulación, privatización y reformulación del papel del Estado y el mercado.

    Lamentablemente, sin embargo, las reformas se pararon y no llegaron a áreas clave para la calidad de vida de la gente y la competitividad del país, como salud, educación, justicia o seguridad, pero ese 'fuji-shock' fue el inicio de un proceso singular, por haber sido mantenido durante dos décadas, en varios gobiernos, con el que empezó el vuelco radical de la perspectiva de la economía peruana.

    el recordado monseñor Ricardo Durand, y salió del templo del brazo del sacerdote por temor a alguna reacción adversa, pero recibió un aplauso honesto (los psicosociales de Montesinos recién se estaban organizando). Conscientes de que el esquema previó había colapsado, el país apostó por el cambio.

    El camino que siguió fue desordenado pero, al final, se domó la inflación y se abrió paso para un conjunto de reformas económicas profundas, incluyendo apertura, desregulación, privatización y reformulación del papel del Estado y el mercado.

    Lamentablemente, sin embargo, las reformas se pararon y no llegaron a áreas clave para la calidad de vida de la gente y la competitividad del país, como salud, educación, justicia o seguridad, pero ese 'fuji-shock' fue el inicio de un proceso singular, por haber sido mantenido durante dos décadas, en varios gobiernos, con el que empezó el vuelco radical de la perspectiva de la economía peruana.


    Que Dios nos ayude

    A 20 años del 'Fujishock' y de la frase "Que Dios nos ayude"

    Décadas de mal manejo económico rematadas en una administración que causó un colapso, que hoy es caso de estudio, nos llevaron al borde del abismo

    Domingo 08 de agosto de 2010 - 10:44 am

    Por: Luis Davelouis Lengua

    7 de agosto de 1990. En un par de horas mi hermano Marcel debutaría con su banda en el desaparecido bar El Tarot de Comandante Espinar. Mis amigos y yo hacíamos hora en el auto mientras mirábamos pasar a las chicas con la radio a todo volumen. De pronto, la música cesó y una inquieta voz se apoderó del aire. Era Juan Carlos Hurtado Miller, primer ministro y ministro de Economía del entonces presidente Alberto Fujimori, anunciando lo que hoy conocemos como el "fujishock".

    A los 17 años uno tiene conciencia de lo que cuestan las cosas, pero por lo general no las paga. Sin embargo, las cifras que enumeraba el nervioso hombre eran de locos: el galón de gasolina de 84 octanos (estábamos en auto) subiría de I/.21.000 a I/.675.000 (30 veces más) desde esa medianoche. Luego, las palabras sepulcrales: "Que Dios nos ayude".

    Vea aquí cuánto subió la gasolina, la leche y otros comestibles tras la fatídica noche del "fujishock".

    Llegué al bar y se lo conté a mis padres. No me creyeron. "Debes haber escuchado mal", me tranquilizó mi padre y la noche transcurrió sin mayores sobresaltos.

    CUATRO MUERTOS
    La ciudad se levantó gris y vacía. En la radio reportaban algunos disturbios e intentos de saqueo que fueron desalentados en su mayoría por patrullas militares y la declaratoria de emergencia en 11 ciudades. En total, cuatro personas murieron esa mañana.

    Mi madre, como casi todas las personas, no sabía qué hacer: la mayoría de los negocios estaban cerrados porque no se sabía cuánto cobrar, el transporte público elevó sus precios de manera exorbitante debido al alza de la gasolina y muchas personas debieron caminar o compartir tolvas para llegar a trabajar.

    El primer gobierno de Alan García había subsidiado absolutamente todos los precios en tal magnitud que cuando Fujimori los cortó de golpe los precios se dispararon a la estratósfera: una lata de leche pasó de costar I/.120.000 a I/.330.000 (175% más); un kilo de papa de I/.65.000 a I/.250.000 (284%) y así por el estilo.

    El pan francés, el alimento abanderado de las economías menos favorecidas de los tiempos modernos (pan y agua), pasó de costar I/.9.000 a I/.25.000 de un día para otro. Sin embargo, las alzas fueron aun más bruscas en los servicios (el agua, el teléfono y el suministro eléctrico subieron entre 20 y 30 veces). Era terrible pues todo subía, menos los sueldos. "Precios japoneses y salarios africanos", fue la frase tras una época en el que la inflación llegó a 50% al mes y los precios se incrementaron en 21.000%. Para 1993, la inflación anual había caído a 33%. De locos.

    ¿QUÉ FUE LO QUE PASÓ?
    La bibliografía al respecto es extensa y el peruano se ha convertido en un caso de estudio de lo que se hizo mal, lo que no debió hacerse y la salida dramática a la que nos vimos obligados.

    "Esto demuestra que solo reaccionamos cuando estamos al borde del precipicio", afirma el economista Roberto Abusada, ex viceministro de Economía.

    "Todo estaba subsidiado, la autonomía del Banco Central de Reserva no existía y a cualquier llamada de Palacio de Gobierno o del Ministerio de Economía este procedía a realizar emisiones inorgánicas de moneda que se trasladaban a los precios prácticamente de inmediato [...] los subsidios y el déficit fiscal fueron financiados con este mecanismo y gastando las reservas internacionales [...], había un desbarajuste brutal en las políticas fiscal y monetaria, la recaudación cayó a 4% del PBI [hoy está alrededor de 14,5% y nos parece baja] y había varios tipos de cambio (MUC)", explica Pablo Secada.

    Por eso, para cuando fue la hora de pagar, no había con qué. Incluso, el índice de productividad llegó a retroceder 4%. Es decir que si la economía hubiera crecido 2% o 3% , tenía ese 4% en contra que hacía el crecimiento negativo en la práctica.

    "No hubo otra manera que la del shock, porque no había con qué financiar cualquier otra alternativa como la que planteaban los "Siete Samuráis" [como se apodaba al equipo de asesores de Fujimori cuando todavía renegaba de aplicar una medida tan drástica y radical]", agrega Secada.

    Veinte años después, el crecimiento económico ha sido 5,5% en promedio al año, la inflación es de un dígito y no remamos contra nosotros mismos. ¿Dios nos ayudó o el escarmiento sirvió? Después de todo, ese galón de I/.675.000 hoy solo costaría S/.0,675.

    MÁS DATOS
    El plan original del ex presidente y actual reo Alberto Fujimori no contemplaba una medida tan drástica bajo ningún escenario. Solo cuando quiso acercarse en busca de apoyo al Gobierno Japonés y este se la condicionó a la reinserción y aceptación por parte del Perú de las recetas del Fondo Monetario Internacional (FMI) fue que se produjo el durísimo ajuste.

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