El mananero

Aldo Mariátegui LA COLUMNA DEL DIRECTOR   Suscríbete a esta columna

Los mañaneros

06 de Enero del 2011

 

      

LIMA | - Me es muy divertido observar cómo muchos analistas opinan sobre la próxima elección presidencial cuando aún falta un mundo de tiempo -hablo de tiempo en términos políticos- de aquí a los comicios. Parece que no recuerdan que las elecciones del 2001 recién calentaron motores a mediados de febrero, que fue cuando Alan García llegó a Lima -merced a que el entonces ministro de Justicia paniagüista, Diego García Sayán, le levantó la contumacia. Años después, Alan lo ayudaría a integrar la Corte de San José. Así es la vida en el Perú- y terminó disputando una apretada segunda vuelta. Lo mismo sucedió en las elecciones pasadas, cuando Lourdes punteaba cómodamente las encuestas en el segundo mes del año ("Ya ganó", se decía) y terminó incluso fuera de la segunda vuelta. Y eso sin recordar la aparición sorpresiva de Fujimori en marzo de 1990. Las únicas elecciones que he visto cantadas desde un buen tiempo atrás fueron las de FBT en 1980, García en 1985 y Fujimori en 1995, en las que lo único que se discutía era en cuántos puntos iban éstos a aventajar al segundo (lo que hubiera sucedido con Haya en 1969 si Velasco no da el golpe). Hasta Prado dio la sorpresa en 1956, donde tres semanas antes se consideraba a Lavalle como el virtual presidente. O la inesperada reaparición de Leguía en 1919 para vencer al civilismo y acabar con la tan mal apreciada "República Aristocrática" (posiblemente el periodo más civilizado, creativo y culto de nuestra historia, aunque lo fuese para una minoría).

De tal manera que hasta finales de febrero no hay una foto clara y

hablar, como lo hacen algunos, de un "despunte" de Toledo, una "pronosticada caída" de Castañeda, un "estancamiento" de Keiko, el "final" de Humala o de una Aráoz "que no despega" son bizantinismos.

Falta mucho.

- ¿Realmente apartar a Del Castillo del primer puesto congresal le va a sumar más votos a Meche Aráoz? ¿Del Castillo es el lastre que no la deja subir en las encuestas? ¿Eso la posicionará como una mujer independiente y de carácter frente al electorado, dándole réditos políticos? ¿O no pasará de unas cuantas palmaditas y aplausos caviares que no sirven para nada, como le ocurrió a Lourdes cuando cometió el error de sacar a Barba y Rey? ¿La gente de a pie va a mejorar su dura percepción del APRA como corrupta si se mueve a Del Castillo de ese sitio? ¿Que esté primero o décimo en la lista congresal limeña aprista cambiará mucho las cosas? ¿Y quién lo va a reemplazar allí que tenga vigor para jalar al resto de la lista? Realmente, no sé si esa bronca le vale la pena a Aráoz, a menos que sepa que va a salir algo terrible contra Del Castillo. ¿Ha escogido bien su batalla? En todo caso, me parece mucho peor que Aráoz haya aceptado que Cabanillas vaya tercera en la lista luego de que ésta la quiso culpar sin asco del "Baguazo" para evadir sus evidentes responsabilidades al respecto.

- Carmen Rosa Núñez de Acuña debe dar ya gentilmente un paso al costado si no quiere dañar electoralmente a Castañeda. Ya es un "valor deteriorado" (delicioso término del FMI) para la campaña y los flancos abiertos en combate deben siempre cerrarse. Aún hay tiempo para recomponer esa plancha con alguien que por lo menos no reste, como esta señora. Tal es la dura aritmética de la política.

- Muy peligroso -en terminos electorales- este pronóstico de la FAO

con respecto a que se vienen fuertes subidas en los precios de los alimentos.

Esto puede repercutir mucho en un país como el nuestro, donde la gente siempre vota con el estómago, el hígado y el corazón antes que con el cerebro. Ya veo a Toledo poniendo más carteles como ese que vi en Iquitos: "Conmigo el pollo costaba S/.3", o a Keiko replicar "Y S/.2 con mi papá".

- Me encanta esa "nueva manera de hacer política" de Fuerza Social y

Villarán. Así que la "argolla" es un elemento renovador... ¡Jua, jua! Y que "Olluco" Rodríguez Cuadros no pontifique sobre la pobreza cuando él se alquiló un palacete en Ginebra a cuenta del erario público y que costaba $30 mil mensuales. ¡A él sí le "chorreó" la riqueza!